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El debut de Ñito

El domingo pasado se cumplieron 56 años de la primera aparición de Cipriano González Rivero como portero del CD Tenerife. Al llegar al banquillo Heriberto Herrera, Santi recuperó la titularidad, aunque el técnico paraguayo se había fijado ya en un joven p

Santiago Lafuente y Andrés Gómez Cuco se alternaban en la portería del CD Tenerife en la recta final de la década de los cincuenta. En realidad, desde que llegó del Granada en el verano de 1957, Santi se había adueñado del marco que antes había protegido el ya veterano Cuco, héroe del ascenso logrado cuatro años antes. Eso sí, en caso de necesidad, el experimentado guardameta palmero era un recambio solvente.

Así ocurrió tras una lesión de Santi en La Condomina para mantener el 0-0 inicial o cuando en el curso 59/60 Urbieta decidió dar descanso al andaluz tras el 8-2 padecido en la visita al Levante. Meses después, al llegar al banquillo Heriberto Herrera, Santi recuperó la titularidad. Y la mantuvo al año siguiente, aunque el técnico paraguayo se había fijado ya en un joven portero que destacaba en el equipo B.

Era Cipriano González Rivero, Ñito (Tenerife, 1939), que procedía del San Andrés, como recuerdan Juan Galarza y Luis Padilla en su libro El CD Tenerife en 366 historias. Ya en pretemporada, 40 años antes de que estos torneos se pusieran de moda, participó en un 3x1 con Toscal y San Andrés, en el que los tres equipos disputaron partidos de 45 minutos. Pese a todo, sorprendió que en la Liga ocupara la plaza de guardameta suplente. Herrera recibió algunas críticas por su decisión, pero se olvidaron pronto.

La posibilidad de lesión de Santi era mínima y el CD Tenerife había empezado como un tiro la Liga 60/61: dos triunfos en las tres primeras jornadas, uno de ellos en Castellón. Y el 2 de octubre de 1960, antes de llegar al descanso, goleaba al Plus Ultra con un equipo formado por: Santi; Colo, Correa, Álvaro; Villar, Jiménez; Paquillo, Santos, José Juan, Vicedo y Domínguez. Entonces se lesionó Santi y se produjo el debut de Ñito en el primer equipo blanquiazul. El Plus Ultra apenas le puso a prueba y tuvo un plácido estreno.

Pero el temor se adueñó del Heliodoro Rodríguez López. No porque peligrara la victoria, sino porque el domingo siguiente, el CD Tenerife, que se puso segundo, recibiría al líder: el Atlético Ceuta. Herrera no dudó y repitió el once que jugó ante el Plus Ultra con Ñito como titular. Y el joven guardameta fue vital en el triunfo (2-1). Tres días después se lesionó en Salamanca en partido de Copa, pero el técnico le forzó para que jugara el domingo siguiente ante el Levante.

El CD Tenerife ganó (1-2) y se colocó líder. Y también jugó una semana después en Jaén, donde se mantuvo imbatido. En las victorias logradas luego en el Heliodoro Rodríguez López frente a Salamanca en Copa o Córdoba y Las Palmas en Liga, en todas sin recibir un gol. Y ya en Primera División, solo el servicio militar le apartó de la titularidad. Poco después emigró y jugó una docena de años en la élite con Valencia, Granada y Murcia. Todo empezó aquel domingo de octubre, cuando se lesionó Santi y el Heliodoro se temió lo peor.

FOTOTECA: ACAN