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Historia

El largo proceso hasta el Heliodoro centenario

La reforma que afrontó el Cabildo de Tenerife para que alcanzara su aspecto actual se completó entre 1988 y 2001, aunque luego se añadieron un sinfín de mejoras adicionales.

Información: Acan

Fotografía de apertura: el Heliodoro Rodríguez López se llena en abril de 2001, para el CD Tenerife-Club Atlético de Madrid (ARCHIVO CD TENERIFE).

La segunda reforma del Heliodoro nació de un suceso previsible que antes obligó al Cabildo de Tenerife –propietario del recinto desde 1972– a actuar con urgencia y luego a reflexionar sobre el deterioro que acumulaba cuarenta años después de su primera gran transformación. El suceso que se evitó a tiempo tenía que ver con el estado de la visera de la Tribuna, en serio riesgo de colapso, tanto que el Cabildo ordenó en 1986 su derribo, quedando al descubierto las 2.500 localidades más nobles del recinto. Y entre lo que surgió el debate sobre el futuro que le esperaba al Estadio –incluida la posibilidad de que fuera sustituido por un nuevo coliseo en la zona de Las Mantecas, cercana al Hospital Universitario de Canarias–, el CD Tenerife se fue armando de razones para reclamar una reforma integral del Rodríguez López.

A las razones tangibles simbolizadas en la desaparición de la cubierta de la Tribuna, aportó Javier Pérez (presidente blanquiazul desde aquel 1986) las emocionales y las comerciales, a caballo del regreso a la Segunda División en 1987 de la mano de Martín Marrero y de la apuesta de Pérez por recuperar “la supremacía del fútbol canario”. El presidente acabó de convencer a José Segura Clavell (su homólogo en el Cabildo), que puso las bases que luego completó, desde 1987, Adán Martín Menis, su sucesor en el Palacio Insular

No sin reparos de última hora porque Martín no terminaba de ver un Heliodoro reconstruido que un estadio de nueva planta en otra ubicación. Carlos Schwartz, el arquitecto que concibió el Heliodoro actual, recordaba aquel momento en la conmemoración del centenario blanquiazul en 2022: “Yo defendía la tesis de que el Heliodoro se mantuviera en su actual ubicación, por lo que implica de actividad económica y social para la propia ciudad, pero la nueva corporación tenía dudas; hasta que, tras una reunión con Javier Pérez, ya no hubo debate”.

Eso sí, “el enorme poder de convicción” del dirigente blanquiazul no siempre ayudó a las tesis de Carlos Schwartz: “Un ejemplo es la pista de atletismo –explicaba Schwartz–, pues Santa Cruz no contaba entonces con un estadio de atletismo y el Cabildo lo veía con buenos ojos, pero Javier Pérez se reunió un día con Paulino Rivero [entonces consejero de Deportes] y se descartó la idea”.

Preferencia para la Preferencia.- En septiembre de 1988, la grada de Tribuna fue la primera en reabrirse al público con la nueva configuración a dos niveles y justo coincidiendo con el CD Tenerife-UD Las Palmas (3-1) de aquella temporada. Aunque aún no estaba totalmente finalizada y los equipos tenían que utilizar el Pabellón Municipal Quico Cabrera como vestuario, donde a la puerta del vestidor de los blanquiazules daba las ruedas de prensa postpartido el técnico local, Benito Joanet. Constructivamente hablando, la nueva Tribuna ya avanzaba una de las características del Heliodoro que hoy conocemos. La grada superior debía tener una gran pendiente, ya que el estadio estaba limitado por su cercanía el pabellón municipal y las dimensiones de la calle La Mutine y la avenida de San Sebastián, que, de hecho, sufrió un realineamiento posterior cuando se cometió la obra en su sector. “Al final quedó una pendiente pronunciada, pero visitamos una docena de estadios y vimos que era inferior a la de Vallecas y similar a la de Sarriá [antiguo estadio del RCD Espanyol]”, recordaba Carlos Schwartz.

Nuevos fondos.- El éxito del CD Tenerife 88-89 al conseguir su segundo ascenso a la élite impulsó el proceso emprendido por el Cabildo de Tenerife para acometer, a continuación, las reformas de las gradas de Herradura y General de Pie, llamada ahora Anfiteatro o Popular. “Javier Pérez sabía jugar con los tiempos y los resultados del equipo; y con cada éxito, le sacaba una inversión al Cabildo para construir una nueva grada”, abundaba el arquitecto, quien cree que la mayor complejidad de estas fases fue desarrollarlas sin que se cerraran al público las zonas sobre las que se edificaba el nuevo anillo superior. Las obras de los dos fondos, con un coste de dos mil millones de pesetas [12 millones de euros], se prolongaron entre el verano de 1992 –etapa que también se aprovechó para renovar completamente el campo de juego, césped y sistema de drenaje incluidos– y la primavera de 1996.

Camino del aspecto final.- La construcción de una grada a dos niveles en la antigua General de Pie cerraría casi por completo el segundo anillo del nuevo Heliodoro, aunque Popular no tuvo asientos hasta mediados los años noventa, cuando se prohibieron las localidades de pie en el fútbol español. Además, esta fase vino a concluir en un verano clave para el CD Tenerife, que culminó su transformación en sociedad anónima deportiva. Después de una pretemporada en la que los blanquiazules –ya dirigidos entonces por Jorge Valdano– no pisaron el Heliodoro para dejar crecer el nuevo césped, público y jugadores se reencontraron en el coliseo capitalino el 12 de septiembre de 1992 en un CD Tenerife-FC Barcelona (1-1) que también pasó a la historia por acabar el defensa Torrecilla como portero y un gol agónico del portuense Pier para firmar el empate.

Una aclaración obligada.- El día del ensayo general, 48 horas antes de medirse al Barça de Cruyff, los jugadores experimentaron dificultades debido al estado del terreno de juego. Y Jorge Valdano, que había exigido una superficie adecuada para practicar un juego combinativo, se sinceró: “Es como [la playa de] Las Teresitas, pero en verde”. El primer confirmó sus temores, sin embargo, tres semanas después, la hierba había enraizado y desde entonces el CD Tenerife dispuso durante años de uno de los campos mejor valorados de España.

La larga espera de San Sebastián.- En la temporada 91-92 ya se había comenzado la actuación en la grada de San Sebastián, que recuperó su estructura original, aunque con asientos sin respaldo como los del resto del Heliodoro. Eliminada la rampa delantera que permitía ver los partidos de pie, se logró dar una cierta uniformidad a todo del primer anillo del Estadio. Pero no fue hasta el año 2000, acabando el siglo XX, cuando tomó forma la gradería superior y nació San Sebastián Alta tras una nueva inversión del Cabildo cifrada en 3,6 millones de euros. El estreno del 3 de enero de 2001 fue, de nuevo, en un partido de altos vuelos, ahora en la Copa SM el Rey. Con el CD Tenerife en Segunda División, pero camino del tercer ascenso a Primera, cayó en la Isla el RC Deportivo de Fran, Valerón, Djalminha (y Ramis) por un 3-2, que incluyó un doblete de Simutenkov.

Y las otras obras no tan menores.- La segunda reforma del Heliodoro Rodríguez López no se limitó a la reconstrucción del graderío. En 1998 ya se había inaugurado la actual sala de prensa, situada bajo la grada de Herradura en su unión con Tribuna. Y un año después comenzó a funcionar la Unidad de Control de Operaciones (UCO), que maneja todas las cámaras interiores y exteriores repartidas por el Heliodoro. Y desde la temporada 02-03 el acceso de los espectadores se realiza a través de tornos, lo que ofrece mayor seguridad y un control fiel del número de asistentes. Además, tras el ascenso a Primera División de 2001, se habilitaron 27 palcos VIP en San Sebastián. Situados en hilera bajo el graderío superior, disponen de acceso directo desde la calle y una capacidad que oscila entre ocho y 23 plazas. Siete años después, el Cabildo Insular invirtió otros 300.000 euros en la renovación del terreno de juego, con alisado y relleno con tierra traída desde la Ciudad Deportiva de Geneto-Los Baldíos, la mejora del sistema de riego por aspersión y un nuevo césped. Y una década más tarde (2018) se produjo otra renovación del césped, red de riego y canalizaciones. El videomarcador situado sobre la grada de Herradura (2009); los banquillos para técnicos y jugadores (2010); el nuevo palco presidencial en Tribuna Alta para noventa invitados (2010); el antepalco-voladizo acristalado, decorado con imágenes de la historia blanquiazul y galería de retratos presidenciales con bar, aseos, salas de reuniones y acceso por ascensor (2010); o la nueva zona de prensa (2010) con 27 cabinas de radio, cuarenta plazas para prensa escrita y un set de televisión forman parte de la relación de actuaciones emprendidas en la primera década de este siglo. En los últimos 15 años, asimismo, pueden citarse como iniciativas más relevantes el traslado de la sede social del CD Tenerife bajo la grada de Popular alta (2014); la instalación de un anillo a pie de campo para publicidad dinámica (2018); la renovación de la estructura de Herradura y Anfiteatro (2018-2019); el sistema de iluminación LED para el terreno de juego (2020); los nuevos aseos (2024); y la sustitución de todos los asientos por otros más anchos y con respaldo abatible (2025).

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En el verano de 1992 ya lucen acabadas Tribuna y Popular (ARCHIVO CD TENERIFE).
El Heliodoro en enero de 1996, a faltar de acometer el nuevo graderío de San Sebastián (ACAN FOTOTECA).

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