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Especiales

Ñito, el portero del ascenso a Primera División de 1961

Cipriano González, 'Ñito', comenzó a jugar en el CD San Andrés, maduró en el CD Tenerife y luego militó hasta 11 temporadas en Primera División (Valencia, Granada y Murcia), acumulando 300 partidos como profesional.

Cipriano González Rivero, Ñito, dedicó toda su vida al fútbol. Pero antes de hablar de su figura es necesario contar que Santiago Lafuente y Andrés Gómez, Cuco, se alternaban en la portería del CD Tenerife en la recta final de la década de los 50.

Al llegar al banquillo Heriberto Herrera, Santi era el titular. Y le mantuvo en el puesto al inicio del ejercicio 60/61, aunque el técnico paraguayo se había fijado ya en un joven portero que destacaba en el equipo B. Era Ñito, que procedía del CD San Andrés.

Ya en pretemporada, 40 años antes de que ese tipo de torneos se pusieran de moda, había participado en un triangular con Toscal y San Andrés, en el que los tres equipos disputaron partidos de 45 minutos.

Ñito rindió a buen nivel, pero sorprendió que en la Liga ocupara la plaza de guardameta suplente en un tiempo en el que la única sustitución permitida era la del portero. Herrera recibió algunas críticas por su decisión, pero se olvidaron pronto.

La posibilidad de lesión de un portero era mínima y el CD Tenerife había empezado como un tiro la Liga 60/61: dos triunfos en las tres primeras jornadas, uno de ellos en Castellón. Y el 2 de octubre de 1960, antes de llegar al descanso ganaba con comodidad (2-0) al Plus Ultra.

Al inicio de la segunda parte se lesionó Santi y se produjo el debut de Ñito en el primer equipo blanquiazul, pero el Plus Ultra apenas le puso a prueba y poco después Vicedo estableció el 3-0 definitivo, cuentan Luis Padilla y Juan Galarza en su libro El CD Tenerife en 366 historias.

Así que Ñito tuvo un plácido estreno, aunque el temor se adueñó del Heliodoro Rodríguez López. No porque peligrara la victoria, sino porque al domingo siguiente, el CD Tenerife, que se puso segundo en la clasificación, recibía al líder Atlético Ceuta, que contaba sus cuatro partidos por victorias.

Sin embargo, Herrera no dudó: repitió el once que jugó ante el Plus Ultra con Ñito como titular. Y el joven guardameta fue vital en el triunfo (2-1). Tres días después se lesionó en Salamanca en partido de Copa, pero el técnico le forzó para que jugara el domingo siguiente ante el Levante UD.

El CD Tenerife ganó (1-2) y se colocó líder. Y también jugó una semana después en Jaén, donde se mantuvo imbatido. Y en las tres victorias logradas luego en el Estadio ante el Salamanca en Copa, y ante el Córdoba y Las Palmas en Liga, en todas sin recibir un gol.

Ñito recibió sólo cuatro goles en sus primeros 12 partidos y demostró que había madera de portero. Decisivo en el ascenso a Primera División logrado esa temporada, al curso siguiente, ya en la élite, sólo el servicio militar le apartó de la titularidad.

Poco después, el CD Tenerife se vio obligado a traspasarlo y jugaría una docena de años en la máxima categoría con Valencia, Granada y Murcia. Aunque todo empezó aquel domingo de octubre, cuando se lesionó Santi... y el Heliodoro Rodríguez López se temió lo peor.

Durante diez años, Ñito desarrolló el grueso de su carrera profesional entre Valencia y Granada. En la ciudad andaluza, a comienzos de los 70, coincidió con otros dos jugadores canarios, Vicente y Barrios —antes de que el Tigre fuera fichado por el FC Barcelona—, a las órdenes de Joseíto, otro viejo conocido de la afición tinerfeña.

Ya en la recta final de su carrera, fichó por el Murcia, donde se retiró luego de 300 partidos como profesional, incluidos cinco con el Valencia en la Copa de Ferias (antecesora de la Europa League).

Tras su retirada regresó a la Isla y llegó a dirigir en 1976 al CD Tenerife, de forma interina, tras haber trabajado como segundo entrenador. Luego continuó vinculado a la entidad tanto como ojeador como entrenador del equipo filial, en Tercera División, a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado.

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