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Especiales

El talento de Víctor Celso

Hoy recordamos en #HistóricosCDT al quinto máximo goleador de su historia, empatado a 74 tantos con José Juan Gutiérrez, el jugador de San Andrés desempeñó en el CD Tenerife el papel de canterano prometedor en sus inicios, para ser más luego pieza clave e

Víctor Celso Alberto Brito (Santa Cruz de Tenerife, 1959) fue jugador del CD Tenerife en dos etapas, al comienzo y al final de su carrera. Fue uno de los canteranos que deslumbró a finales de la década de los 70 del siglo pasado, para retornar al club convertido ya en un futbolista consagrado. 

Calidad es, sin duda, la palabra que mejor define su trayectoria. Jugó 216 partidos y marcó 74 goles en el CD Tenerife en sus seis campañas como blanquiazul, una marca igual a la de José Juan Gutiérrez y solo superada por cuatro leyendas de la talla de Julito, Juan Pizzi, Antonio "El Loco" y Nino. En la mitad de esas temporadas (79-80, 86-87 y 87-88) fue el Pichichi del representativo.

Procedente del CD San Andrés, con el que había jugado en Tercera, debutó en el CD Tenerife en la campaña 78/79. Tras dos años como blanquiazul inició un camino habitual en el fútbol de la Isla durante décadas: marchar a Gran Canaria. Y es que resulta conocido el rendimiento que durante años sacó la UD Las Palmas de la cantera tinerfeña en general, y tinerfeñista en particular, tiempos en los que Jesús García Panasco movía los hilos, somo secretario general , en los despachos de la sede de la calle Pío XII. Veinte millones de pesetas [120 mil euros] pagó la UD Las Palmas por Víctor, apodado desde joven como Matute.

Este cambio de aires permitió al joven goleador pasar de la Segunda B a debutar en Primera División. Después de tres años de amarillo (64 partidos y diez goles), militó una temporada en el Linares, cuando el conjunto de Jaén era equipo de Segunda. Seguidamente jugó en el Real Murcia durante dos campañas, una en Primera y otra en Segunda. 

En 1986 retornó al CD Tenerife, que lo llamó en plena reconstrucción tras un nuevo descenso a Segunda B. José Antonio Barrios lo convenció para volver a una plantilla en la que estaba al frente Martín Marrero, un proyecto netamente de cantera que devolvió en solo un año al representativo al fútbol de plata. 

Víctor formó parte del equipo que logró el ascenso a Primera, y la posterior permanencia en la categoría, tras derrotar al Betis y al Deportivo en sendas promociones. En 1990 dejó el CD Tenerife para jugar nuevamente en Segunda, esta vez con el Albacete Balompié, ayudando a los manchegos a conseguir su primer ascenso a la máxima categoría. En este punto acabó su carrera en el fútbol profesional, aunque alargó su práctica tres en equipos canarios: Orotava, San Andrés y Aridane. 

La calidad que atesoraba le permitió jugar a lo largo de su vida de extremo, media-punta o centrocampista. Con su zurda característica, fue un notable goleador y un sobresaliente lanzador de faltas y saques de esquina. Y fue, sobre todo, un futbolista que gustó siempre de los desafíos y los riesgos cuando otros dudaban.

#HistóricosCDT

Fototeca: ACAN