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Especiales

#300SusoNT, orgullo y símbolo

El primer capitán del CD Tenerife celebró, por todo lo alto, la reciente consecución de tan histórica cifra de partidos como blanquiazul. Fue ante el CD Mensajero cuando alcanzó los 300 encuentros como tinerfeñista; luego llegó la cita ante el RC Deportiv

Suso Santana es, y será, historia del CD Tenerife. Con 302 partidos ya disputados, el 10 isleño está a solo dos encuentros de convertirse en el jugador tinerfeño con más compromisos oficiales de blanquiazul. José Reyes, Pepito, compitió hasta en 303 ocasiones. Luego, la referida relación de ilustres tinerfeñistas la completan: Alberto Molina (413 partidos), Toño Hernández (385) y Felipe Miñambres (357).

Este sábado, en su vuelta al Heliodoro Rodríguez López, y después de alcanzar los 300 compromisos ante el CD Mensajero (0-3), en el encuentro de la primera eliminatoria de la Copa SM el Rey 19/20, Suso Santana recibió una nueva demostración del infinito cariño que siempre le ha brindado la afición.

En los prolegómenos de la importante cita ante el Albacete Balompié (4-2), el primer capitán del CD Tenerife recibió de manos de un ilustre blanquiazul, como es Toño Hernández, una camiseta enmarcada y conmemorativa de su partido número 300.

Y el gran capitán no estuvo solo, ni mucho menos, ya que saltó al campo acompañado por los dos hijos de Suso Santana, Nicole y Thiago, quienes como su padre lucían orgullosos los brazaletes de capitán, también conmemorativos.

Los casi 8.000 hinchas que acudieron este sábado al Estadio se pusieron en pie para ovacionar al eterno Suso Santana. Fueron instantes muy especiales, que el centrocampista blanquiazul vivió con esa sonrisa cómplice del que se sabe querido, reconocido y respetado por los suyos.

Luego llegó el pitido inicial, y ahí Suso Santana, una vez más en el once inicial como en tantas y tantas ocasiones, dio rienda suelta a todo su fútbol, a toda su entrega… para ayudar a sumar tres puntos tan necesarios en el primer encuentro de 2020.

Se sintió con mucha fuerza, extraordinariamente participativo, y con capacidad para generar peligro por esa banda derecha que recorre incansablemente. Al filo del descanso, Dani Gómez observó el desmarque de su capitán y le presentó un balón adelantado, al que Suso Santana corrió con su habitual determinación.

Ya con el esférico controlado, el 10 tinerfeño encaró a Tomeu Nadal y lanzó un certero derechazo ante el que nada pudo hacer el meta visitante. Es su quinto gol en la presente temporada, era el dos a cero, y la alegría y la satisfacción no podían ser mayores.

Pero ahí no iba a parar el incombustible capitán. Tras regresar de los vestuarios, el equipo saltó al césped igual de enchufado que en la primera parte y cuando apenas habían transcurrido siete minutos de la reanudación, Suso Santana diseñó otra genialidad.

Recibió un servicio en carrera por banda, por supuesto partiendo desde el flanco diestro, y en pleno vuelo picó sobre el jugador que le salió a su paso para superarlo. Luego, al esprint, recorrió metros por delante y observó el desmarque, al segundo palo, de Dani Gómez.

Ahí mismo presentó el balón. Un certero envío, una asistencia milimétrica, que el atacante madrileño transformó en el tres a cero. Un gol, una asistencia, gran incidencia en el juego, lucha, entrega, derroche… Suso Santana en estado puro. Cuando a los 75 minutos dejó su lugar en el once a Shaq Moore, la atronadora ovación que recibió por parte de la entregada afición blanquiazul fue sencillamente inolvidable.

Y de nuevo esa sonrisa cómplice dibujada en el rostro; esa mirada que el tinerfeñismo tiene grabada a fuego como su escudo. Ese sentimiento birria que durante casi 100 años ha acompañado, y acompaña, a tantas generaciones de futboleros, y que Suso Santana encarna a la perfección. ¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!

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