Julito, el máximo goleador del CD Tenerife
Con 112 tantos, y pese a no ser delantero centro, el madrileño es el jugador blanquiazul que más puerta vio puerta en su casi centenaria historia, en la misma etapa en la que destacó Antonio Pedrero, el tercero de la lista histórica con 82 tantos. El segu
ACAN
Máximo goleador del CD Tenerife en toda su historia en categoría nacional, Julio Alonso Arribas ‘Julito’ (Madrid, 1930-Santa Cruz de Tenerife, 2013) marcó 112 goles en sus diez temporadas como blanquiazul, entre 1952 y 1963. A lo largo de ese período, sumó 231 partidos, aunque, ya veterano, sólo se alineó una vez en Primera División tras el ascenso de 1961.
El nombre del delantero tinerfeñista está ligado a los dos primeros ascensos que consiguió el representativo: el de 1953, a Segunda División; y el de 1961, a Primera División. Formó parte de ambas plantillas, pero, curiosamente, construyó su leyenda en el periodo entre ambos cursos, siete temporadas en las que anotó 109 de sus 112 goles. Y con dos méritos añadidos. Julito no era delantero centro y compartió trayectoria en el representativo con Antonio Pedrero, ‘El loco’, tercer máximo artillero blanquiazul de siempre (83 tantos).
Alonso posee otro récord que acumula más de 65 años de vigencia: es el único futbolista blanquiazul capaz de anotar cinco goles en un partido. La gesta tuvo lugar el 30 de enero de 1955. El CD Tenerife luchaba por la permanencia en Segunda y visitaba el Heliodoro el Xerez Deportivo. El triunfo fue para los locales por 6-0, con un repóquer del delantero madrileño, según recuerdan Juan Galarza y Luis Padilla en su libro “El CD Tenerife en 366 historias”.
Ese curso 54-55, Julito sumó 24 goles en 28 partidos y fue el máximo goleador de la categoría, junto a Castaño (España de Tánger) y Gallardo (Murcia).
Julito había llegado a la Isla en noviembre de 1952. El club que entonces presidía Imeldo Bello realizó un esfuerzo extraordinario para poner en manos del entrenador, Carlos Muñiz, el mejor plantel posible, con el objetivo de dar el salto de categoría regional a Segunda División. Entre los refuerzos figuraba el de Julito, que, no obstante, se hizo de rogar, aunque no por su culpa. Y es que tardó en incorporarse, pues se le anuló un permiso militar y debió permanecer un mes en el calabozo.
Tras ocho campañas en la categoría de plata, participó en el histórico título de 1961, con Heriberto Herrera en el banquillo, que dio paso al debut en Primera División, con 31 años de edad, en la que tuvo que contentarse con disputar un solo partido, frente al Oviedo. La directiva presidida por José López Gómez decidió prescindir de sus servicios en 1962.
Tras un periplo por el Talavera y el Cacereño, regresó a la Isla y abandonó el fútbol, fijando su residencia en Santa Cruz. El 8 de julio de 1967, cinco años después, el CD Tenerife le distinguió con un partido de homenaje y la imposición de la insignia de oro y brillantes de la entidad.
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