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Institucional

Y llegó el 'polivalente' Pedro Kraus

La última reapertura de las fronteras nacionales para futbolistas foráneos, aplicada en el verano del año 1973, convirtió al uruguayo en el primer extranjero del CD Tenerife, junto a su paisano Ángel Ferreira.  

La Federación Española de Fútbol, presidida por José Luis Pérez-Payá, acordó en la primavera de 1973 abrir las fronteras y permitir la presencia de futbolistas extranjeros en la Liga española. Una década antes había echado el candado, tras el mal papel de la selección española en el Mundial de Chile 62. La medida, tomada para favorecer la presencia del jugador español en los mejores equipos, no surtió efecto.

Es verdad que la Roja (aunque vestida de azul) ganó la Eurocopa de 1964, pero volvió a fracasar en el Mundial de Inglaterra 66 y ni siquiera se clasificó para la cita de México 70. Y en el torneo continental fue eliminada en las siguientes ediciones por Inglaterra y la Unión Soviética.

Además, los clubes españoles, que habían dominado las competiciones europeas en su primera década, habían perdido protagonismo a finales de los años 60 y principios de los 70. Eso sí, antes de la apertura oficial de las fronteras, ya había en Primera División jugadores nacidos fuera de España. Todos eran sudamericanos de descendencia española. Se les llamaba oriundos.

Así, el Real Madrid tenía a Touriño y Anzarda; el Valencia CF, a Valdez y Adorno; el RCD Espanyoll, a Roberto Martínez; el Málaga, a Viberti; y el Club Atlético de Madrid, a Becerra y Ovejero. El CD Tenerife, recién llegado a Segunda División, había contratado al uruguayo Daniel Bergara, procedente del Sevilla FC. 

Luego, ese verano de 1973, abiertas oficialmente las fronteras, llegarían muchísimos más futbolistas sudamericanos... y los primeros europeos: Netzer, Cruyff, Jara...

Muy pocos, pues la mayoría de los clubes prefirió optar por un mercado más conocido y las apuestas se centraron en Argentina, Paraguay, Uruguay… Fue el caso del CD Tenerife, según nos cuentan Luis Padilla y Juan Galarza en su libro El CD Tenerife en 366 Historias.

Después de su experiencia en las máximas divisiones brasileña y uruguaya, competiciones en las que tomó parte con el Palmeiras paulista y el Danubio de Montevideo, Pedro Kraus (Montevideo, 1/3/1948) llegó a Tenerife con 25 años de edad y la vitola de hombre de área con recursos: luchador y rematador con ambos pies. 

La expectación creada en torno a sus posibilidades no se vio correspondida con goles; el entrenador uruguayo, Dagoberto Moll, optó por reconvertir al ariete en marcador lateral, una demarcación en la que le fue mejor. Con todo, el conjunto blanquiazul terminó en cuarta posición y estuvo a dos puntos de ascender a Primera División. 

Sin embargo, la estrechez del cupo de extranjeros (dos por equipo) y la necesidad de un guardameta relegaron a Kraus al ostracismo: el paraguayo Alcides Báez y el también uruguayo Ferreira formarían el dúo foráneo en la campaña 74/75. Un año más tarde, y a pesar de la inactividad, Kraus volvió al equipo, ahora nacionalizado español, con Mesones y Moreno, quienes contarían con sus servicios en las temporadas siguientes.

De cualquier manera, su salida del club en 1977 no le privó de una quinta campaña en Segunda División, esta vez en Córdoba, aunque de aciago recuerdo, debido al descenso del cuadro andaluz. De regreso a la Isla participó en el debut del San Andrés en la Tercera División nacional. 

La vinculación de Pedro Kraus con el Tenerife tuvo siempre como marco la Segunda División A. Un año después de su marcha, en 1978, se produjo el descenso de categoría, que no se logró enmendar hasta 1983.

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