
Luto por el fallecimiento de Aguirre, jugador blanquiazul en el estreno en Primera
El Club Deportivo Tenerife expresó ayer su pesar por el fallecimiento de Ángel de Tomás Aguirre (Irún, 1 de marzo de 1933 – Granollers, 6 de abril de 2018), quien fuera jugador de la entidad en su estreno en Primera División, en la temporada 1961-62. Por
Tras formarse en el Granollers, Aguirre mantuvo una dilatada relación contractual con el RCD Español, entre 1954 y 1961. No obstante, la mitad de este periodo estuvo cedido al Sabadell, con el que jugó 76 partidos ligueros en Segunda División, hasta que en 1958 acabó por enfundarse la camiseta blanquiazul del cuadro perico y debutar en Primera, de la mano de Elemér Berkessy.
Al término del curso 60-61, seguramente el más productivo de su etapa españolista, Aguirre tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de una lesión de menisco. Considerado el jugador más regular del plantel en toda la campaña, aquella operación le privó de acudir con su equipo a una gira por Estados Unidos, bajo la dirección de Ricardo Zamora.
Dos meses después, metidos en ya en agosto, el Tenerife formalizó un acuerdo con el delantero, circunstancia que no solo sorprendió en el entorno del cuadro barcelonés, a tenor de su buen rendimiento en el ejercicio precedente. El propio Aguirre confesaría su asombro en la prensa de la Ciudad Condal: “Pues sí, francamente sí, puesto que esta temporada me consideraba, modestia aparte, uno de los jugadores más regulares del equipo, no por la brillantez de mi juego sino por la asiduidad con la que fui alineado”, dijo en ‘El Mundo Deportivo’.
Del mismo modo, el futbolista reconocía que la oferta del Tenerife representaba “una gran mejoría en las condiciones económicas” que regían en su contrato con el Español. A su lado, el representativo también incorporaba a ‘Pelo’ Rodríguez, del Danubio uruguayo; Beitia, del Barcelona; Larraz, del Granada, y Miñón, de Las Palmas, además de los canteranos Cándido (Aficionado), Platero y Gilberto (Realejos), Sicilia (Estrella) y Felipe, que regresaba del Elche. Con esos refuerzos y la base del equipo con el que había logrado el ascenso, encaraba el bautizo en Primera.
Aguirre se hizo desde el principio con un puesto en el once titular de Ljubisa Brocic. De hecho, el 3 de septiembre de 1961 formó parte del primer once de la historia blanquiazul entre los grandes, frente a la Real Sociedad: Ñito; Colo, Correa, Paquillo; Villar, Álvaro; Zubillaga, Santos, José Juan, Padrón y Aguirre. Ganaron los locales (4-1), que luego caerían ante el Español, en el primer desplazamiento del campeonato, y el Barcelona, de vuelta al Heliodoro Rodríguez.
En la cuarta jornada, otra vez en casa, ante el Mallorca, Aguirre fue noticia por partida doble: Suyo fue el último tanto de la tarde, de penalti, cerrando un marcador concluyente (3-0). Pero salió renqueando del campo tras un encontronazo y su pierna derecha quedó fuera de combate. Precisan las crónicas que el exterior vasco “se quedó en el campo para hacer número, cuando lo lógico, en evitación de posibles males mayores, era que se quedase en la banda. Con 3-0 a favor, esta clase de sacrificios son contraproducentes”. Recuérdese que por entonces todavía no existía la posibilidad de las sustituciones, salvo la del guardameta, en caso de lesión.
Lo cierto es que Aguirre no volvió a ser alineado hasta el 14 de enero de 1962, precisamente en la devolución de la visita a Mallorca, cuatro meses más tarde, cuando el Tenerife ya ocupaba la penúltima plaza del grupo, en zona de descenso, a cuatro puntos de la promoción. En las once fechas restantes, el equipo insular apenas fue capaz de ganar dos partidos y acabó dando con sus huesos en Segunda. La titularidad recobrada por Aguirre, que completó hasta 13 partidos de Liga y 5 de Copa, quedó sumida en la irregularidad colectiva del plantel.
Con 29 años de edad, aquel futbolista serio y pundonoroso, discreto en el trato con quienes le conocieron, regresó a Cataluña y se enroló en las filas del Europa, de Tercera División, donde puso fin a su carrera deportiva.
Pie de foto:
Ángel de Tomás Aguirre
Fototeca: Juan Galarza