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Veteranos

El homenaje a Alberto Molina

Alberto Molina, el futbolista con más partidos oficiales en la historia del Club Deportivo Tenerife, con hasta 371 actuaciones, va a ser homenajeado en el Puerto de la Cruz, el próximo 24 de octubre. La iniciativa, muy loable, parte de un grupo de seguido

Molina recibió el tributo de la entidad nada más retirarse de la práctica activa del fútbol, en el verano de 1976. Recién concluida su decimotercera temporada al servicio del club, al que había llegado en 1963, procedente de la Unión Deportiva Las Palmas, el partido de homenaje no podía tener otro rival que no fuera el amarillo. Porque toda su trayectoria se condensó en las dos grandes instituciones futbolísticas del Archipiélago.

Formado en la cadena de filiales de la Unión Deportiva, después de iniciarse en el infantil La Luz, Alberto Molina Navarro (Las Palmas de Gran Canaria, 7 de abril de 1943), se le consideraba el sucesor natural de Tonono, en el caso de que el defensa de Arucas acabara siendo traspasado a algún equipo peninsular. Por eso no resultó fácil su adquisición por parte del Tenerife. Dirigía entonces al cuadro tinerfeñista un paisano suyo, el gran Paco Campos, el máximo anotador canario en Primera (127 goles), categoría en la que jugó durante once temporadas, entre 1939 y 1953, con el Atlético Aviación y Sporting de Gijón.

Durante trece campañas consecutivas, Molina jugó para el Tenerife en Segunda y Tercera División, haciéndose por méritos indiscutibles con el brazalete de capitán. La conquista del ascenso a la división de plata de 1971, con García Verdugo como preparador, y su concurso en la eliminación copera del Real Madrid, en 1976, figuran entre sus gestas sobresalientes en la Isla que acabó por adoptarlo. El segundo de los hechos destacados se produjo unos meses antes de que decidiera poner fin a su carrera deportiva, con una rodilla “machacada”, a raíz de una grave lesión sufrida cuando sólo tenía 23 años de edad, que le mantuvo inactivo durante dos cursos.

En la fecha de su homenaje, celebrado el 25 de agosto de 1976, el presidente de la entidad, Julio Santaella (Colo), le impuso la insignia de oro y brillantes del Club Deportivo Tenerife, después de que el titular de la Federación Tinerfeña de Fútbol, Vicente Álvarez Pedreira, le entregara también la Medalla de Oro al Mérito Deportivo. Tras fotografiarse con ambos equipos y acompañar en el centro del campo a su hijo, encargado de realizar el saque de honor, Molina apenas estuvo un minuto sobre el terreno de juego. Sustituido por Justo Gilberto, abandonó la cancha en medio de una cerrada ovación de los asistentes, mientras se fundía en un abrazo con Paco Zuppo, el gran animador de la parroquia local.

Otras dos circunstancias, de distinto signo, afloran en su trayectoria como futbolista. La primera dice todo acerca de la caballerosidad de Molina, quien nunca fue expulsado de un campo de juego. La segunda tiene que ver con el hecho de que no logró jugar en Primera, categoría de la que se quedó a las puertas en 1974, cuando el Tenerife estuvo a punto de alcanzar el ascenso, con Dagoberto Moll como entrenador. Igualmente, la lesión referida frustró un traspaso al Atlético de Madrid, en 1966. Dos años antes, el Tenerife había rechazado rechazó una oferta del Real Murcia, que pretendía hacerse con sus servicios y los de Justo Gilberto: ofreció tres millones de pesetas por los dos.

Pies de fotos:
1.- La formación amarilla, con el homenajeado. De izquierda a derecha, Carnevali, Martín, Hernández, Molina, Roque, Páez, Wolff (arriba), Fernández, Brindisi, Morete, Félix y Juani
2.- Molina, en la temporada 74-75

Publicado en el Blog de Juan Galarza: http://galarzajuan.wordpress.com/2014/09/23/el-homenaje-a-alberto-molina/