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Fútbol Base

El CD Tenerife, históricamente un club de cantera

La entidad blanquiazul se ha apoyado en la base en diferentes momentos de su rico pasado. Un repaso a la historia del CD Tenerife demuesta con claridad y datos que el equipo tinerfeño es un club sensible con su cantera.

Recientemente se publicaba en este espacio un reportaje sobre los más de 60 jugadores que salidos de la base han vestido la camiseta del primer equipo en los últimos 20 años. 

En esa misma línea, queremos incluso echar la vista más atrás. Remontémonos en el tiempo. Desde sus inicios, el equipo blanquiazul fue siempre cuna de grandísimos futbolistas. Las peculiares circunstancias que rodeaban al CD Tenerife de antaño, cuando aún no había abandonado el corsé de las ligas regionales, convirtió aquello en un virtud aprovechada por otros.

Y es que, igual que le ocurriera a vecinos históricos del fútbol canario como el Real Unión, el Marino o el Victoria, por ejemplo, el representativo “parió” jugadores de lujo que tuvieron que emigrar a la Península para encontrar una competición más acorde a su potencial. El CD Tenerife exportó auténticas joyas que luego contribuirían al realce de la liga española. 

La lista es enorme y por ahí destacan los Rancel (Betis), Chicote (Sporting), Cayol (Real Madrid), Semán (Espanyol) o los internacionales Angel Arocha (FC Barcelona), Gabriel Jorge (Espanyol) o Arencibia (Atlético de Madrid). Todos ellos vistieron en alguna ocasión la elástica tinerfeñista y son sólo un botón de una nómina inmensa compuesta por grandes futbolistas.

Cuando en 1953 el representativo logró por fin el ansiado salto a las categorías nacionales de la mano de Carlos Muñiz lo hizo con un once con presencia casi canaria al 100 por 100: Cuco, Chicho, Isidoro, Perla, Villar, Servando, Oscar, Julio, Antonio, Méndez y Paquillo. De todos ellos, Julio era madrileño, Cuco palmero y Paquillo de Gran Canaria. El resto, tinerfeños. 

En la temporada 56-57 se salvó la Segunda a partir de un bloque mayoritariamente canario. Diego Lozano ejerció entonces funciones de entrenador-jugador y sacó adelante un proyecto huérfano de refuerzos peninsulares y amparado básicamente en el buen hacer de las jóvenes promesas que asomaron por la primera plantilla. Echó mano de varios jugadores de la cantera: Alemán, que llegó procedente del Güímar de la Primera Regional; Manolín, un habilidoso extremo zurdo; o el gomero Ramón Herrera.

En la década de los 60, tras el efímero paso por la élite, el regreso a la categoría de plata coincidió con la marcha de un puñado de jugadores hasta entonces emblemáticos y llegó así la confirmación de una nueva hornada de talentos. El armazón de aquel plantel se construiría con savia nueva. Colo (Atlético de Madrid) había sido el primero en emigrar y el siguiente sería Yeyo Santos, que en marzo del 63 fichó por el Zaragoza. El resto de la añada haría lo mismo en años venideros: José Juan, Gilberto, Martín...

Pero en cualquier caso el papel de la cantera en el CD Tenerife hace medio siglo era tal que el club podía presumir de haber hecho un hueco en sus vitrinas nada más y nada menos que al Trofeo Amberes. El día 20 de febrero de 1965, el entonces presidente de la entidad, José López Gómez, recogía en Madrid el galardón citado, por la “eficiente y meritísima labor de cantera” que desplegaba el representativo.

La distinción formaba parte de la serie instaurada en 1953 por los diarios madrileños “Marca” y “Arriba”, con el fin de premiar a los mejores del fútbol español, entre los que sobresalía el Trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga “grande”. El primer Trofeo Amberes fue a parar a las vitrinas del Atlético de Bilbao (todavía españolizado, sin la h), mientras que el último, en 1968, recayó en el Elche CF. En 1956, ocho años antes de que el CD Tenerife se hiciera con esta distinción, la UD Las Palmas también fue galardonada con dicho trofeo. Curiosamente, el entrenador de blanquiazules y amarillos en ambos momentos fue el alicantino Satur Grech. Todo un éxito para el representativo, algo hoy olvidado.

Tras su descenso de Segunda a Tercera a finales de los años 60, el CD Tenerife hizo borrón y cuenta. Un total de 15 jugadores causaron baja. La directiva construyó un plantel prácticamente nuevo y para ello echó mano de la cantera.

El verano del 69 fue otra vez fértil en novedades para la plantilla del CD Tenerife. El carrusel de altas y bajas acontecido la campaña anterior vivió un segundo capítulo y la principal fuente de recursos a la que echó mano el representativo volvió a ser la cantera. Por ahí asomó otra hornada interesante de promesas que unidas a las que ya se habían hecho un hueco la campaña pasada contribuyeron a la creación de un grupo competitivo: Pepito Reyes, Jorge Fernández, Juan Miguel, Esteban o Quico, entre otros, tomaron la alternativa. 

Tras el fallido e improductivo subcampeonato del curso anterior, el proyecto blanquiazul para la campaña 70-71 fue un nuevo ejercicio de fe en la gente de la tierra. La afición se encomendó a un grupo formado mayoritariamente por jugadores de aquí. Camino de la meta perseguida, el CD Tenerife firmó unos números extraordinarios, sobre todo en casa, donde se mantuvo invicto, hizo 45 goles y tan sólo recibió tres. La consecuencia de todo ello fu que volvió a Segunda.

Ya en la década siguiente, la progresiva adquisición de galones por parte de los canteranos marcó el desarrollo de la campaña 84-85, en Segunda. La directiva concedió el mando del vestuario a Dragoljub Milosevic, al que no le dolieron prendas cuando tuvo que dar cancha a los más jóvenes del plantel, entre ellos Quique Medina.

Otro momento a analizar se produce con la llegada de Javier Pérez a la presencia, en 1986. El CD Tenerife tendió puentes hasta el punto de rubricar un acuerdo con los equipos de Tercera de la Isla. 

Tras años después de aquel documento, el CD Tenerife había sumado dos ascenso, una a Segunda y otro a Primera, iniciando la época más fructífera de su historia. En el inicio del proyecto figuraron los nombres de Martín Marrero (entrenador) y José Antonio Barrios (secretario técnico), además de jugadores como Isidro García, Víctor Celso, David Amaral, Luis Delgado, Pedro Martín, Toño o Chalo. Sin olvidar al “canterano” Rommel Fernández. 

Ya más recientemente, los 61 jugadores procedentes del área de fútbol base que han debutado con el primer equipo en los últimos 20 años.Y para cerrar el círculo, 30 en diez cursos y 13 jugadores de la casa en la plantilla 15/16.

Fototeca: Acan