Skip to main content
Primer equipo

25 años del histórico gol de Eduardo Ramos en Riazor

El domingo 10 de junio de 1990 se vivió una de las jornadas históricas del tinerfeñismo. La victoria en Riazor sobre el Deportivo supuso que el CD Tenerife mantenía la Primera División. Un gol de Eduardo Ramos (0-1) sirvió para derrotar al cuadro gallego,

Una semana antes, el CD Tenerife no había podido pasar del empate sin goles en el choque de ida, disputado en el Heliodoro. En La Coruña veían muy cerca el retorno a la máxima categoría, tras 17 años de espera.

El grupo de Javier Azkargorta se encontró con el lógico ambiente hostil. En la noche anterior al encuentro, los aficionados locales no pararon de hacer sonar las pitas de sus coches a las puertas del hotel de concentración del CD Tenerife. Al día siguiente, 27.000 aficionados abarrotaban las gradas de Riazor.

Arsenio Iglesias, preparador local, dispuso el siguiente once: Fernando, Cayetano, Sredojevic, Martín Lasarte, Bilbao, José Ramón, Antonio, Aspiazu, Fran, Gil y Stojanov. También jugarían Francés y Hevia.

Por su parte, Azkargorta sorprendió con la siguiente alineación: Belza, Ferrer, Hierro, Francis, Luis Delgado, Toño, Isidro, Víctor, Eduardo, Rommel y Quique Estebaranz. El técnico vasco dejaba en el banco al brasileño Guina y al leonés Felipe Miñámbres. El astorgano acabaría jugando los últimos minutos, sustituyendo a Quique, en tanto que mediada la reanudación Perico Medina reemplazó a Eduardo.

En teoría, el dominio debía ser local, con una escuadra visitante a la defensiva. Pero los guiones cambiaron de forma súbita. Se jugaba el minuto 13 cuando una jugada por la banda, llevada por Quique y Ferrer acabó con centro del catalán al área.

Eduardo Ramos logró cabecear el esférico a la red, en un remate casi eléctrico, en un latigazo más propio del panameño Rommel Fernández que del lagunero. El canterano corrió a la banda a cantar el gol, acabando arrodillado mientras sus compañeros hacían una piña sobre él.

El Depor no supo digerir el gol. El cuadro gallego hizo un fútbol lleno de precipitación, buscando un empate que nunca llegó. Azkargorta ganó el partido en la pizarra. El marcaje de Isidro sobre Fran, la estrella local, acabó por atascar el centro del campo coruñés.

No fue un buen partido, jugando con más nervios que nervio. El Depor dominó más que atacó, aunque Belza tuvo dos grandes sustos. Uno, cuando Aspiazu le remató a las manos, tras pase de José Ramón, a la media hora de partido. Y el otro, en el minuto 90, cuando el mata uruguayo chocó con Rommel, dejando un balón suelto que ningún rival aprovechó y que casi se cuela en la meta.

Víctor, a la media hora de la reanudación, pudo sentenciar para el CD Tenerife, pero su tiro, ejecutado desde el punto de penalti, no fue golpeando con la suficiente fuerza.

Con cuatro minutos sobre el 90, el colegiado Enríquez Negreira pitó el final. En aquel instante, el tinerfeñismo lloró de alegría. Se alcanzó un hito que el club no ha vuelto a repetir: garantizar la permanencia en Primera al curso siguiente de ascender y permanecer en la élite durante diez temporadas seguidas con clasificación para dos ediciones de Copa de la UEFA. En 1962, 2002 y 2010 se sufrieron descensos a Segunda División justo un año depués de subir. Ello explica que esta permanencia se celebrase en la Isla igual que el ascenso vivido un año antes al superar al Real Betis en la promoción.

Los aficionados blanquiazules pudieron seguir el choque en directo por la pequeña pantalla, a través de la segunda cadena de TVE. Mientras la España futbolística miraba a Italia, donde se disputaba por entonces la Copa del Mundo, los seguidores chicharreros se emocionaban con una gesta inolvidable.

Para el anecdotario también queda la indumentaria vestida aquel día por el equipo visitante, totalmente roja.