Este veterano entrenador (lleva diecisiete años en los banquillos) cuenta con una enorme experiencia en diferentes conjuntos de la Isla, consiguiendo buenos resultados en lo deportivo con todos ellos, pero lo más importante, grandes satisfacciones personales. Manifiesta que han sido muchas las alegrías vividas y muchos los amigos que ha encontrado en la esfera balompédica. Consciente de la responsabilidad que supone dirigir al equipo blanquiazul, Rodri tiene muy claro que su principal función esta temporada es la formación de los jóvenes futbolistas del filial tinerfeño.
¿Qué supone para usted, a nivel personal, hacerse cargo del Juvenil División de Honor del CD Tenerife?
Tal y como está estructura la cadena de filiales del CD Tenerife, es una auténtica responsabilidad para mi hacerme cargo de un conjunto como el juvenil de que compite en División de Honor. Con la política que tiene en la actualidad el club, donde los chicos de la cantera adquieren más protagonismo y van dando el salto al primer equipo, es muy importante la labor formativa y los conocimientos que podamos aportarles los entrenadores de las categorías base. Sin duda, para cualquier entrenador resultad un proyecto atractivo, no sólo por la importancia en el trabajo de futuros profesionales, sino porque el CD Tenerife cuenta con una buena infraestructura en cuanto a instalaciones se refiere.
¿Qué opciones cree que tiene su grupo cara a esta temporada?
No hay que olvidarse de que somos el CD Tenerife, por lo que estamos llamados a alcanzar las cotas más altas durante la temporada. El hecho de ser el conjunto filial del equipo más importante de la provincia de Tenerife, hace que seamos uno de los conjuntos a batir dentro de la categoría. Sin embargo, dentro de nuestra filosofía, los resultados no son lo prioritario. Lo que se busca en la cadena de filiales es la formación de los jugadores. Evidentemente, a cualquier equipo le gusta ganar títulos y estar lo más arriba posible, no renunciaremos a nada, pero tampoco nos desviaremos de nuestro objetivo que es el trabajo en el perfeccionamiento de los futbolistas.
¿Podría hacerme un análisis de cómo ve la categoría?
Por la experiencia que tengo, los rivales a batir seremos la UD Las Palmas y nosotros, por entidad y por nombre. Sin embargo, en estas categorías está todo muy igualado, los equipos llegan preparados y con mucha ilusión, por lo que es difícil hacer previsiones de cuáles serán los equipos que van a estar arriba. Por ejemplo, la pasada campaña estuvieron arriba conjuntos como la UD Vecindario o el Gáldar, que al principio no entraban en los cálculos. Es una competición corta e interesante, por lo que tendremos que esperar a que ruede el balón para ver lo que sucede.
¿Qué CD Tenerife se encontrarán los aficionados que vayan a ver los partidos del juvenil esta campaña?
La idea es seguir la filosofía que hay en el club, tendiendo a procurar el fútbol de ataque, de combinación y de alegría. Todos los entrenadores de los filiales debemos trabajar con el mismo esquema de trabajo, para que los saltos entre las categorías no sean traumáticos para los jugadores y que se acoplen a los diferentes equipos lo más rápido posible. En el caso de la categoría juvenil, sabemos que hay adaptarse un poco a los rivales que tienes en frente. Lo que me gustaría como técnico es que los aficionados vean un equipo ordenado, que trate bien el balón, que maneje bien los tiempos del partido, etc. Mi trabajo se encarrilará sobre todo a la mejora individual del jugador, porque esta mejoría después repercutirá en el grupo. Lo que se pretende es que los chicos ofrezcan ganas e ilusión por aprender y formarse.
¿Cuáles son las virtudes que debe tener todo entrenador?
Lo primero, sin duda, es saber transmitir sus conocimientos al grupo con el que se está trabajando. Otros aspectos importantes es mantener una buena empatía con los jugadores, ayudándoles y exigiéndoles que se esfuercen. Como técnicos estamos obligados a estar informados de los últimos métodos de trabajo para los entrenamientos y de todo lo que rodea nuestra actividad, y la única forma de estarlo es reciclándose, asistiendo a cursos y viendo mucho fútbol.
¿Cuál ha sido su mejor momento como entrenador?
Tengo muy buenos recuerdos de prácticamente todos los equipos en los que he estado. Quizás uno que siempre tengo presente, por ser el primero, fue el ascenso que conseguimos con el AD San José a la categoría de Juvenil Nacional. En todos los clubes por los que he pasado, he tenido la suerte de trabajar con buenas plantillas y de sentirme muy apoyado por la directiva. La cantidad de amigos que me ha dado el mundo del fútbol y no poder hablar mal de nadie, es uno de los mayores orgullos que puede tener cualquier técnico.
¿Y el peor momento como entrenador?
En el mundo del fútbol siempre hay alguno malo. Hay situaciones que uno no puede dominar, pero tengo que decir que han sido pocas las decepciones. Todo lo contrario, como decía antes, las satisfacciones personales y la calidad humana de la gente que conoces han sido mucho mayores que los malos momentos.
¿Qué aspectos positivos tiene, según su opinión, el fútbol tinerfeño en la actualidad?
El mayor avance que ha tenido el fútbol tinerfeño en los últimos tiempos es, sin duda, la creación de los campos de fútbol de césped artificial. El hecho de jugar en esta superficie ha supuesto un avance en la formación y el crecimiento de los jugadores de la cantera, puesto que ahora pueden competir al mismo nivel que el resto de equipos de la geografía española. Otro aspecto positivo que hay que valorar es que el CD Tenerife ha resurgido como referente para los conjuntos de cantera. Cada vez son más los filiales que suben al primer equipo, por lo que ellos están viendo que tienen posibilidades de llegar a ser profesionales algún día, lo que les sirve como acicate para continuar trabajando con la mayor de las ilusiones.
Por último, ¿cuáles cree que son los aspectos que se deberían mejorar?
Las administraciones y organismos públicos deberían de prestar más apoyos a los clubes pequeños.
