Victoria de mucho mérito para iniciar LALIGA HYPERMOTION

En un Heliodoro Rodríguez López con un extraordinario ambiente de fútbol, el balón comenzó a rodar para el CD Tenerife y el Real Oviedo, en una apasionante temporada 23/24, en la actualmente conocida como LALIGA HYPERMOTION.

Después de una primera aproximación visitante, en las botas de Sebas Moyano, el conjunto isleño puso la réplica, con un fuerte remate de Nacho, que David Costas repelió a córner. Todo ello antes de cumplirse los primeros cinco minutos de juego.

El CD Tenerife se hizo con el control del balón, quería jugar en campo contrario y acercarse, cada vez con mayor peligro, a los dominios de Leo Román. Lo intentó Luismi Cruz, quien se encontró la acertada respuesta defensiva de Jimmy (15’).  

De esta manera, a los 17 minutos, el activo Luismi Cruz recuperó un balón en el área servido por Nacho y lo cedió con mucho peligro a Amo. El central disparó, ajustado, y el rechace de Leo Román lo transformó en gol un atentísimo Enric Gallego (1-0, 17’). Alegrón por todo lo alto en un Estadio entregado a los suyos. Justo después, Roberto López trató de aumentar la renta. Los de Asier Garitano habían completado una más que prometedora puesta en escena, culminada con ese inicial acierto del artillero tinerfeñista.  

Mantenía el combinado blanquiazul un perfil dominador, que le permitió seguir acumulando ocasiones de peligro, como las protagonizadas por Waldo y especialmente por Luismi Cruz, al que con poco ángulo, el meta visitante le negó el gol (39’).

Cerca del descanso, el larguero evitó el segundo tanto de los locales, tras un córner perfectamente ejecutado por Roberto López y culminado con un testarazo de Aitor Buñuel. Por muy poco no amplió su renta un muy buen CD Tenerife, que se marchó a los vestuarios sonoramente aplaudido por los suyos.

El segundo acto se inició con la variación de ambos laterales. Aitor Buñuel y Nacho, con amarilla cada uno de ellos, dejaban su lugares en el once a Mellot y a Medrano, respectivamente. Pocos minutos después, Aitor Sanz, con un golpe en la rodilla izquierda, tuvo que solicitar el cambio. Su plaza, en el eje de la medular, la ocupó Sergio González.

A los 56 minutos, el travesaño fue el que se alió en esta ocasión con los tinerfeñistas, ya que justo ahí fue a parar el sutil golpeo, de primeras, de Borja Bastón. Clara oportunidad para un siempre peligroso Real Oviedo. Todavía quedaba mucho trabajo por delante. Y tanto que quedaba.

Con casi 16.000 espectadores en las gradas (15.919), al CD Tenerife le faltaba ese último empujón para certificar tan importante victoria. En esa recta final, Roberto López dejó su lugar al canterano Teto. Sergio González remató desde cierta distancia y el balón se marchó alto.

De ahí hasta el final, máximo esfuerzo de todo el grupo para hacer realidad la conquista de los tres primeros puntos de tan ilusionante temporada. Felicidad plena… y desde ya con la mente puesta en la SD Huesca (21/8, 20:30 hora canaria).

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