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Treinta años del ascenso del filial blanquiazul a Segunda División B

El entonces Salud Tenerife cerró el 25 de junio de 1995, pese a la derrota contra el Gáldar en la última jornada de la liguilla de Tercera División, el salto de categoría de mano de Nené y los 33 de goles de Domingo Ramos.

Acan

El primer ascenso al tercer peldaño del fútbol nacional de un equipo filial del CD Tenerife conmemora este 25 de junio treinta años. De la mano de Laureano Ramos, ‘Nené’, el entonces denominado Salud Tenerife firmó un salto de categoría, luego repetido dos veces (08-09 y 23-24), para cerrar una temporada sobresaliente en la que acabó campeón de la liguilla de ascenso que enfrentó a los cuatro equipos mejores del Grupo XII de la Tercera División.

Clasificado a aquella fase como segundo de la liga regular tras el Estrella CF, el Salud Tenerife firmó cuatro victorias y dos derrotas suficientes para un ascenso refrendado en el campo de Barrial, pese a perder frente al Gáldar (2-1) en el compromiso de la última jornada.

Mediada la última década del siglo pasado, la UD Salud obraba desde 1990 como segundo equipo del CD Tenerife en el campo homónimo del populoso barrio capitalino. Lejanos los tiempos en los que competía como Tenerife Aficionado, puso el grupo en manos de Nené –el entrenador que había dado lustre al mejor Laguna de aquella época– y armó aquel curso una plantilla con hasta nueve efectivos procedentes del equipo juvenil de División de Honor (Marino, Moisés Álvarez, Zipi, Chacho…), 
que combinó con futbolistas con trayectoria en la categoría (los grancanarios Francis y Javier o el villero Moisés González, entre otros) y algunos que repetían, como los atacantes Francis (11 goles) y Víctor Álvarez (13).

Pero entre los fichajes resultó decisivo el de un delantero veterano como Domingo Ramos. Ya con 31 años entonces y mil batallas peleadas en el fútbol isleño fue un seguro de acierto y la clave de bóveda de un equipo que se quedó a solo dos puntos y un paso del título de Liga. Solo se perdió un partido de los 44 (entre liga y liguilla) de la temporada y suyos fueron 33 goles (27 y seis la fase decisiva).

Pese a arrancar el campeonato con un triunfo casero sobre el Arguineguín (2-0), el Salud Tenerife no alcanzó la velocidad de crucero hasta la segunda vuelta –solo tres derrotas por la mínima y siempre anotando–, cuando transitó entre la segunda y la tercera plaza respecto de un Estrella inalcanzable en la que fue su mejor campaña en la Tercera División canaria, al que título de liga no le daba el ascenso directo. 

Consumida las 38 jornadas, a grancanarios –dirigidos por el legendario Germán Dévora– y tinerfeñistas los acompañaron Orotava y Gáldar para formar el cuarteto de aspirantes al salto de división.

En ese tramo decisivo, el Tenerife arrancó con un triunfo agónico ante el Orotava (1-0, Domingo) y cayó en la segunda fecha en la visita al Estrella (2-1, Domingo), tomándose el desquite contra el cuadro de Sardina del Sur la semana siguiente, cuando le endosó un 5-0 coral y tantos de Juani, Víctor Álvarez, Francis, Domingo y Zipi.

La visita a Los Cuartos se resolvió con otra goleada sobre el Orotava (0-3, Francis y, de penalti, Juani y Javier), mismo resultado que ante el Gáldar en el compromiso de la penúltima cita, cuando Domingo hizo un doblete y Victor Hernández el otro. Este último éxito convertía en decisivo el encuentro de la última jornada en Barrial, al que llegaban los locales obligados a ganar superando la diferencia particular con los blanquiazules.

No fue así. Y aunque marcó el Gáldar con un tanto tempranísimo de Tino Pollín (m.1), los de Nené aguantaron hasta el descanso y aguaron las ilusiones de los más de dos mil aficionados locales recién comenzado el segundo acto, cuando Domingo –quién si no– puso el empate. El tanto de Mingo Caraballo en el 76 solo dejó los puntos en casa. El ascenso fue cosa un filial armado alrededor de un entrenador sabio y un artillero todavía recordado por aquel curso prolífico.

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