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Institucional

In memoriam: Felipe Mesones, ex entrenador blanquiazul

Las mejores temporadas en la historia de cualquier club, aquellas más recordadas, suelen asociarse a hitos como un campeonato, una final, un ascenso de categoría… El colofón adquiere así un valor determinante, como queda probado, en el caso del CD Tenerif

Además de tales hitos, todos indelebles en su palmarés, existen otros cursos de grato recuerdo, por más que no concluyesen de una manera igual de tajante. Es el caso del 75-76, catalogado como excepcional, pero sin título o ascenso alguno. La regularidad en el campeonato de Segunda, con un séptimo puesto final, y la eliminación copera del Real Madrid, antes de caer en cuartos con el Zaragoza, motivan dicha consideración.

Entre los protagonistas de aquel episodio sobresale Felipe Mesones, el entrenador que dirigía al plantel. Bonaerense con pasado futbolístico –como extremo diestro– en Boca Juniors, San Lorenzo de Almagro, Independiente de Santa Fe, Murcia, Hospitalet y Europa, su contratación al frente del Tenerife, a cargo de Colo Santaella, formó parte de un proyecto diseñado para ascender a Primera, a imagen y semejanza de su obra anterior en Murcia, dos años atrás.

Con Mesones llegaron Hugo Fernández, Montero Castillo, Illán, García Murcia o Lanas, considerados refuerzos suficientes para completar un plantel en el que sobresalían futbolistas de la casa como Jorge, Molina, Medina, Pepito o Justo Gilberto. “El fútbol canario es técnico por excelencia. Yo quiero que el Tenerife juegue el estilo de la época actual, a las exigencias del fútbol moderno, a la división en la que actúa. Debe estar bien preparado en el aspecto físico, no descuidando la técnica”.

El propósito del preparador, cumplido su primer trimestre en la isla, adquirió cuerpo con el paso de las jornadas. Superado el ecuador de la competición, el Tenerife ocupaba la tercera de las plazas que daba derecho al ascenso y estaba a punto de verse emparejado con el Real Madrid en los octavos de final del torneo de Copa. Individualmente, un futbolista sobresalía entre todos los demás, el delantero alicantino Antonio Illán –acumulaba 14 goles en ambas competiciones–, convertido en el gran escudo de Mesones.

Illán y García Murcia fueron los artífices de la memorable noche del 9 de marzo de 1976, la del triunfo (2-0) sobre el Madrid de Miljanic, el campeonísimo del momento, que abrió la puerta de los sueños. “El Tenerife no solo puso alma en el campo, sino también un juego muy ordenado, que es el que yo trato de inculcarles en todo momento”, explicó Mesones al término del choque.

Pospuesta la vuelta hasta casi dos meses más tarde, el 4 de mayo se consumó la sorpresa en el Bernabéu, donde los merengue solo fueron capaces de marcar un gol, obra de Santillana. El Madrid caía eliminado por el Tenerife, que se rehacía del revés sufrido tres días antes con el Córdoba (0-3), perdiendo prácticamente sus opciones al ascenso de categoría. “Lo del pasado domingo fue extraño. Pasar esta eliminatoria supondrá coger moral y pensar que aún podemos subir a Primera División, aunque matemáticamente está difícil”, reconoció el preparador argentino en la sala de prensa del coliseo madridista.

El balance en las cinco jornadas que quedaban por delante no pudo ser peor: una victoria, un empate y tres derrotas. Descolgado definitivamente en la Liga, quedaba el prurito de la Copa, con el Zaragoza, al que se pudo golear en el Heliodoro Rodríguez, aunque la victoria quedó en lo mínimo (1-0), con un tanto de Jorge. Luego, en La Romareda, aguantó el tipo y estuvo a punto de meterse en semifinales. “Le costó al Zaragoza deshacerse del Tenerife”, tituló ‘El Mundo Deportivo’.

El sabor agridulce del desenlace redujo la confianza de la directiva por la renovación de Mesones, que contaba además con una oferta del Elche, por muy poco más de lo que cobraba en la isla. En círculos periodísticos, se aseguró que el técnico se iba con pena. Dejaba amigos y se llevaba el recuerdo del lugar donde también fue padre de una hija.

“Es difícil ser entrenador. Siempre le digo a mi hijo mayor que tiene que pasar un examen a fin de curso, y luego se acabó. Pero tengo que ponerme semanalmente ante el tribunal de la crítica”, sentenciaba aquel hombre tan minucioso como reservado, que durante tres décadas dirigió también al Hércules, Salamanca, Valladolid, Granada, Betis, Jerez Deportivo y Cartagena, donde abrió y cerró su carrera como preparador en España.

Felipe Mesones falleció este jueves Murcia, a los 81 años de edad. Por este motivo, los jugadores del CD Tenerife portarán brazaletes negros en el partido que disputarán este domingo en Gijón, ante el R. Sporting y se guardará un minuto de silencio con el Cádiz CF en el HRL (jueves 21/12, 20:00 horas).

Pie de foto: Felipe Mesones (i) y Colo Santaella.

Fototeca: Juan Galarza.