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Institucional

El 13 de junio más feliz del CD Tenerife

Este domingo se cumplen doce años del cuarto ascenso a Primera División en el campo de Montilivi tras vencer al Girona FC (0-1) en la penúltima jornada del campeonato 2008/2009. Fue una de las gestas más celebrada por la afición tinerfeñista en los casi c

La historia del CD Tenerife, próximo a cumplir su primer centenario de vida, tiene en los ascensos fechas marcadas a fuego cuya importancia bien se puede medir por la temperatura ambiental entre la que se festejó. Tomando esa referencia, el ascenso a la máxima categoría del 13 de junio de 2009, del que este domingo se cumplen doce años, se celebró durante días por todo lo alto en la isla.

El equipo que dirigía entonces José Luis Oltra fue labrándose, jornada a jornada, un perfil que transmitía optimismo a través de un juego de toque y alta producción ofensiva que terminaría por colocarlo como el tercer Tenerife más productivo en sus 44 presencias en la Segunda División: 1,88 goles por partido, solo por debajo de la plantilla del debut en la categoría de plata (53/54, 1,86) y del grupo de la 56/57, cuando la dupla Antonio ‘El Loco’-Julito juntó 41 aciertos para 71 totales y un promedio impensable (2,36 por cita).

El ‘Antonio’ del campeonato 08/09 fue Juan Francisco Martínez Modesto ‘Nino’ y el ‘Julito’ un sevillano, Alejandro Alfaro Ligero, que, como el legendario atacante madrileño de los años cincuenta, jugaba por detrás del ariete. Pichichi del torneo, de Nino fueron 29 goles y de Alfaro veinte, 49 plenos de un global de 79 del que también participaron destacadamente—seis veces cada uno— un mediocentro (Richi), un volante izquierdo (Kome) y el delantero suplente de Nino, el canterano Ángel Rodríguez.

Gol a gol y victoria a victoria, el CD Tenerife de Oltra cinceló su condición de aspirante al ascenso mientras enviaba señales de aquella temporada no era ‘cualquier’ temporada. Puede que entre las más simbólicas, el inédito pleno de victorias en los clásicos contra la UD Las Palmas: 0-1 en el estadio de Gran Canaria (Alfaro) y 2-0 en un Heliodoro Rodríguez López rebosante de aficionados un 25 de abril que dejó para la memoria ‘birria’ uno de los goles más bellos de Nino como blanquiazul, tras quebrar a David García y fabricarse un remate perfecto e imparable que sumó al tanto inicial de Richi.

Reafirmado en su capacidad tras aquel triunfo mágico, los blanquiazules derrotaron al Xerez (2-0) en la antepenúltima jornada y se plantó en Gerona para asegurar —anticipadamente y otra vez lejos de la Isla, como cada vez que accedió a la máxima categoría— el ascenso soñado. Y lo consiguió, apoyado por mil seguidores que esperaron horas bajo la canícula en el campo de Montilivi hasta que Dani Kome, en el minuto 40, hizo el 0-1 que recolocó a su equipo en la élite.

Lo que vino al día siguiente, en un domingo de tiempo veraniego que invitaba a pasarlo fuera de casa, fue un festejo comunitario del que participaron propios y ajenos, mientras las transmisiones radiofónicas y televisivas de la llegada de la expedición tinerfeñista al Aeropuerto Tenerife Norte viralizaban la celebración de la gesta y animaban a seguirla en cualquier punto del recorrido entre el aeródromo y la sede del Cabildo Insular.

Aquel 14 de junio de 2009, Tenerife fue la imagen de la felicidad. Miles, miles y miles de personas llenaron calles, plazas y avenidas, aunque ya en los puentes de la autopista del Norte, desde Los Rodeos hasta Santa Cruz, un sinfín de banderas y de bufandas blanquiazules saludaban a los héroes del ascenso. Se detuvo durante unas horas la vida de la Isla, como los vehículos que transitaban la TF-5 en sentido ascendente, de los que se bajaban sus conductores para aclamar a Oltra, Nino, Cristo Marrero… uno a uno, todos a una. Y hasta por un rato, al cabo, menguó el dolor de los pacientes del Hospital de La Candelaria, alongados en las ventanas para participar de una comunión como  nunca antes se había visto.

Ya en Santa Cruz, la comitiva tuvo que abrirse un hueco entre la multitud para atravesar la avenida de La Salle, seguir por Méndez Núñez y girar por El Pilar rumbo a una Plaza de España, teñida de albiazul, con miles y miles de personas, los torsos desnudos, las pinturas de guerra… y una sonrisa infinita. La madre de todas las fiestas, esos días blanquiazules y ese sol que los calienta.

#HistoriaCDT